Selva madre para que sirve

Pack Bosque 8: Empezar con las zonas vinculadas

Conoce a Nay Elaine (Madre Elaine), una conservacionista de la vida salvaje que trabaja en los remotos y antiguos bosques del Monte Apo en Filipinas, en el sudeste asiático, para proteger al águila filipina, una especie rara y en peligro de extinción, y su hábitat.Sigue a Nay Elaine y el trabajo de conservación de los guardianes del bosque en un impactante cortometraje, y explora su hogar y el Monte Apo con espacios inmersivos de 360°.

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Bosque gigante

No se sabe mucho sobre la vida de Timmy antes del accidente, aparte de que tenía un padre, Eric, que era una celebridad de la televisión, estrella y experto en supervivencia, tenía una madre que había muerto recientemente en un trágico accidente, lo que implica que no murió de causas naturales, y parecía que le encantaba dibujar, como demuestran sus dibujos encontrados en el avión.

Timmy es visto por primera vez durmiendo en el brazo de su padre, y permanece dormido hasta que Eric coge el libro de supervivencia de Timmy. En ese momento, el avión empieza a sufrir grandes turbulencias, lo que le despierta y empieza a agarrarse al brazo de su padre.

A pesar de haber sido secuestrado, Timmy se mantuvo inicialmente con vida, como demuestran sus múltiples dibujos esparcidos por las cuevas, lo que sugiere que Mathew Cross lo condujo a través de varios sistemas de cuevas y pueblos antes de llevarlo al Laboratorio del Sáhara. Después de hacerlo, Mathew Cross coloca a Timmy dentro del Obelisco de la Resurrección, lo que provoca que Timmy pierda la vida y Megan resucite. Después se le deja dentro de la máquina.

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Proyecto Árbol Madre

La idea de que los árboles se comunican e intercambian nutrientes entre sí a través de redes subterráneas de hongos ha cautivado la imaginación popular, ayudada por la metáfora increíblemente pegadiza de una “red que abarca todo el bosque”. Suzanne Simard, catedrática de Ecología Forestal de la Universidad de Columbia Británica, ha desarrollado esta idea más que nadie y habla alegremente de árboles madre que nutren a sus retoños. Esta idea no ha estado exenta de polémica en los círculos científicos, aunque sólo sea por su lenguaje antropomórfico. Sus ideas me despertaron tanto escepticismo como curiosidad. Así que ya era hora de leer con detenimiento su libro de memorias científicas Finding the Mother Tree.

Primero, una breve lección de biología para ponerse al día. En el centro de esta historia no sólo hay árboles, sino también hongos. Salvo por sus cuerpos fructíferos en la superficie, a los que llamamos setas, los hongos se abren camino sin ser vistos a través del suelo, la madera en descomposición y otras sustancias. Aquí forman micelios: redes de finas células tubulares. Muchos hongos viven en simbiosis con las raíces de las plantas, formando micorrizas (combinación de las palabras griegas para hongo y raíz). Las micorrizas conectan plantas y hongos en redes extensas que intervienen en la nutrición de las plantas y la química del suelo, aunque no todas las interacciones son necesariamente mutualistas (es decir, beneficiosas para ambas partes). Hay varios tipos de micorrizas, pero los más importantes para este libro son los hongos ectomicorrícicos. Se asocian principalmente a plantas leñosas y envuelven las raíces de las plantas en una vaina de células fúngicas. En la década de 1980, investigadores como David Read (y otros antes que él) habían demostrado que las sustancias químicas pueden pasar de una planta a otra a través de estas vías fúngicas. Simard retomaría este descubrimiento y lo llevaría a la práctica.

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Cómo se hablan los árboles | Suzanne Simard

Simard (ecología forestal, Univ. de Columbia Británica) cuenta la historia de su investigación pionera sobre el uso que hacen los árboles de las redes de hongos para nutrirse y comunicarse entre sí: la llamada “red de todo el bosque”. Las memorias de Simard deberían suscitar gran interés, ya que es una estrella entre los amantes de los árboles y sirvió de inspiración para el personaje de Patricia Westerford en la obra de Richard Powers The Overstory, ganadora del Premio Pulitzer. Aquí, los lectores siguen el desarrollo de las investigaciones de Simard y descubren que las comunidades vegetales no sólo se rigen por la competencia, sino también por la cooperación: las distintas especies de árboles comparten recursos con los árboles necesitados, los árboles “madre” envían carbono a las plántulas y los árboles moribundos donan nutrientes a sus vecinos. Simard celebra momentos cruciales, atraviesa crisis personales y admite sus dudas profesionales, todo ello narrado con fluidez. Los riesgos y rigores de su trabajo de campo -realizar experimentos con materiales radiactivos, atravesar ríos de salmón sin perder de vista a los animales salvajes del bosque y sus alrededores- se perciben con agudeza, al igual que los retos a los que se enfrenta una mujer reticente que trabaja para cambiar la forma en que gestionamos los bosques. Hay fotografías de árboles por todo el libro.

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