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Su profesional sanitario puede realizar una monitorización cardiaca fetal durante la última etapa del embarazo y el parto. La frecuencia cardiaca fetal media oscila entre 110 y 160 latidos por minuto. Puede variar entre 5 y 25 latidos por minuto. La frecuencia cardiaca fetal puede cambiar a medida que el bebé responde a las condiciones del útero. Una frecuencia cardiaca fetal anormal puede significar que el bebé no recibe suficiente oxígeno o que hay otros problemas.
Este método utiliza un dispositivo para escuchar y registrar los latidos de su bebé a través de su vientre (abdomen). Un tipo de monitor es el ecógrafo Doppler. Suele utilizarse durante las visitas prenatales para contar la frecuencia cardiaca del bebé. También puede utilizarse para comprobar la frecuencia cardiaca fetal durante el parto. El profesional sanitario también puede comprobar continuamente la frecuencia cardiaca del bebé durante el parto. Para ello, la sonda de ultrasonidos (transductor) se sujeta a su vientre. Envía los sonidos del corazón del bebé a un ordenador. La frecuencia y el patrón de la frecuencia cardiaca de su bebé se muestran en una pantalla y pueden imprimirse en papel.
¿Cuánto dura la monitorización fetal?
Cuenta el número de veces que se acelera el corazón del bebé durante un periodo de 20 minutos. Para la prueba, te tumbarás con un cinturón sensor electrónico alrededor del vientre que registra continuamente los latidos del corazón del bebé.
¿Con qué frecuencia debe realizarse la monitorización fetal?
La frecuencia cardiaca se comprueba en momentos determinados durante el parto. Por ejemplo, en un embarazo sin problemas, los latidos del corazón del bebé podrían comprobarse cada 30 minutos durante la primera fase del parto. A continuación, se controlaría cada 15 minutos durante la segunda fase.
¿Cuál es la frecuencia cardíaca fetal normal?
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón la bombea. La tensión arterial alta, o hipertensión, se produce cuando esta fuerza contra las paredes de las arterias es demasiado elevada. Hay distintos tipos de hipertensión en el embarazo:
La eclampsia también puede provocar convulsiones, náuseas y/o vómitos y diuresis escasa. Si llega a desarrollar el síndrome HELLP, también puede tener hemorragias o moretones con facilidad, fatiga extrema e insuficiencia hepática.
Su médico le tomará la tensión y le hará un análisis de orina en cada visita prenatal. Si su tensión arterial es alta (140/90 o más), sobre todo después de la semana 20 de embarazo, es probable que su médico quiera hacerle algunas pruebas. Pueden incluir análisis de sangre y otras pruebas de laboratorio para detectar la presencia de proteínas en la orina, así como otros síntomas.
A menudo, el parto puede curar la preeclampsia. Al tomar una decisión sobre el tratamiento, el médico tiene en cuenta varios factores. Entre ellos, la gravedad, el número de semanas de embarazo y los posibles riesgos para usted y el bebé:
Calendario de citas con el médico durante el embarazo
Aunque el estudio no reveló ningún efecto negativo sobre la salud fetal, los resultados confirman que los cambios basados en las emociones en la actividad cardiovascular de la mujer pueden tener efectos “en tiempo real” sobre el feto, afirman la doctora Catherine Monk, de la Universidad de Columbia, y sus colegas.
Estudios anteriores demuestran que el estrés durante el embarazo puede aumentar el riesgo de bajo peso al nacer y de partos prematuros, pero cada vez hay más pruebas de que el estrés durante el embarazo puede “reprogramar” el entorno del feto de forma que afecte a su comportamiento y funcionamiento en etapas posteriores de su vida, según los investigadores.
Los investigadores recogieron datos sobre la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y la frecuencia respiratoria de 32 mujeres sanas en su tercer trimestre antes, durante y después de una breve prueba psicológica diseñada para producir una respuesta de estrés. Monk y sus colegas controlaron simultáneamente la frecuencia cardiaca fetal. Las mujeres también rellenaron un cuestionario que medía sus niveles cotidianos de ansiedad.
Los investigadores hallaron que el aumento de la frecuencia cardiaca fetal durante la prueba de estrés estaba relacionado con el nivel general de ansiedad de la madre, pero no con el aumento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial de la propia madre durante la prueba.
Sufrimiento fetal
La mayoría de los bebés superan el parto sin problemas, pero hay algunos que tienen dificultades. La mejor forma de saber qué bebés tienen problemas es escuchar los latidos del corazón de cada bebé con regularidad a lo largo del parto.
La frecuencia normal de los latidos del corazón del bebé oscila entre 110 y 160 latidos por minuto, aunque puede ser mayor o menor sin que ello signifique que el bebé tenga dificultades. La variación de la frecuencia cardiaca del bebé puede deberse a la contracción del útero, que afecta al flujo sanguíneo a la placenta (placenta). Esto es normal y la mayoría de los bebés lo superan sin ninguna dificultad.
Auscultación intermitente: consiste en auscultar los latidos del corazón del bebé a intervalos regulares con un pinard o un pequeño aparato de ultrasonidos manual llamado Doptone. Si está sana y ha tenido un embarazo sin problemas, ésta es la forma recomendada de auscultar los latidos del bebé durante el parto. Cuando el embarazo y el parto no presentan complicaciones, las investigaciones han demostrado que el uso de la monitorización fetal electrónica continua no mejora los resultados para el bebé.